Germán Londoño

Anatomista de fantasmas
Por José Chalarca
La obra plástica –pintura y escultura–, del artista antioqueño Germán Londoño posee la muy rara virtud de ganarse al espectador desde el primer golpe de vista, no obstante los vicios de que adolece nuestro sistema de educación al no proveernos de las técnicas para descifrar otros lenguajes distintos al oral y al escrito.
Su temática y el tratamiento tiene escasos epígonos en el ámbito del arte nacional. Destacan por su calidad y fuerza los nombres de Augusto Rendón y Pedro Alcántara Herrán. En la plástica global, el Goya de los Caprichos, el Munch de El grito; Francis Bacon y Lucien Freud.
Es notoria su capacidad de entrega que lo lleva a confundirse con sus obras, metamorfosis donde el artista se sitúa en los linderos de lo trágico.
Cada una de sus esculturas y de sus pinturas traduce la pasión enorme por expresarse, y un laborar sin tregua para conseguir que los materiales y elementos del lenguaje cumplan su cometido.
Las obras que mostró en las exposiciones de 1996-97 en Medellín, Bogotá, Pereira y Cali, se presentaron con el nombre genérico de Vida y sinrazón de los fantasmas, el que se ajusta aparentemente a su verdad porque los espectros sólo son fantasmas en los repliegues de la mente y la imaginación alterados por el miedo, la angustia o la alegría misma. Vida sólo aparente, reiteramos, pues el pintor al construirles una anatomía, prestarles una apariencia, señalarles un tránsito o, así sea solamente colocándolos al lado de un alguien o un algo que les de entidad, los condena a la sinrazón que es su muerte. Quedan convertidos en parodia de fantasmas.
Para construir su obra, Londoño dispone de un profundo conocimiento y un consumado manejo del oficio, de un sentido visceral del color; virtudes que sumadas a su visión apocalíptica de la realidad aterrorizada, violentada y maltrecha, desembocan en una muestra como la del Museo de Arte Moderno de Bogotá.
La obra escultórica y pictórica que el artista nombró Como un río de sangre es un oficio de tinieblas en acción de repudio a la guerra que nos destruye. En los cuadros que la conforman, el pintor ha conseguido magistralmente plasmar el rojo tenebroso que resulta de mezclar en cantidades salidas de proporción, la saña y el odio. En ellos los azules son los del ácido corrosivo, los amarillos son los de la hiel amarga y los tierras son los del hierro que hiere y asesina.
El talento de Londoño, su exquisita formación como artista plástico en ese crisol del arte occidental como lo es Florencia, la distancia y la perspectiva que permiten un enfoque desde el extranjero, hacen que su visión y expresión de la violencia que nos viene aniquilando casi desde que somos nación sea, a mi juicio, una de las más estremecedoras y contundentes que haya alcanzado la plástica colombiana. Y así Londoño diga «yo no pinto la violencia, pinto, ante todo, la belleza dentro de la violencia», es la imagen desoladora llevada hasta los últimos extremos, lo que el espectador más desprevenido se lleva como grabado al fuego al término de la contemplación de sus cuadros sobre el tema.
La violencia que plasma Londoño en sus cuadros y proyecta en la pluridimensionalidad de la escultura, no es la del acto violento en sí mismo sino la de sus secuelas. Es lo que queda en el cuerpo y en la mente después de la cuchillada, del balazo, del estallido, que deforma rostros y anatomías hasta los linderos de la monstruosidad, y que nos lleva a decir con el poeta desesperado: es imposible hermanos la alegría. Nadie puede continuar siendo el mismo después de ver la obra de Germán Londoño.


Germán Londoño nació en Medellín en 1961; comenzó a exponer en 1978 (a los 17 años). Hizo estudios con Libe de Zulátegui y en la Escuela Internacional Il Bisonte de Florencia, Italia. Su exposición África fue un acontecimiento plástico en el país. En 1996 presentó Vida y sinrazón de los fantasmas en la galería Garcés Velásquez. En el año 2001 expuso Como un río de sangre en el Museo de Arte Moderno de Bogotá. Ha realizado varias muestras individuales en importantes ciudades latinoamericanas.