Bogotá, 1928. Estudió Bellas Artes en la Universidad Nacional, Bogotá, y en la Academia de Bellas Artes de Santiago de Chile. Perteneció a los grupos Nueva Generación y Taller 9. Fue director de la Escuela de Bellas Artes de Ibagué. En 1961 recibió el primer premio en Pintura del XIII Salón Nacional con la obra Flores en blanco y rojo. Luego estudió en la Academia de Bellas Artes de Roma y se especializó en el Art Students League de Nueva York. En 1969 fue declarado fuera de concurso en el Salón Nacional, con el acrílico Elementos para un símbolo.Realizó en 1981 el mural Signos y leyes para el nuevo edificio del Congreso, muy cerca del Capitolio Nacional en Bogotá.
«Hernández abstrae, seleccionando con igual participación de inteligencia y sentimiento, los elementos esenciales de la naturaleza; reconstruye bellamente lo que ve; tiene fuerza, gracia y buen gusto. A través de estas tres cualidades, la alusión a la realidad se convierte fácilmente en obra de arte. Un color mágico o inventado, o como quiera llamársele para expresar que no sale de la realidad sino del artista, ilumina los cuadros». Marta Traba, 1956.
«En posesión de un color muy personal y con un dibujo intachable, el pintor Manuel Hernández exhibe esta obra de verdadero valor. Toda ella revela dominio, control de medios expresivos, selección. Lo que justifica ampliamente la recompensa que se le distinguiera». Enrique Lafourcade, Santiago de Chile 1953.
«Hernández es un hombre tan definitivo en la historia del arte colombiano que nuestro arte abstracto sería otro sin él». Fausto Panesso, 1999.
«Hernández abstrae, seleccionando con igual participación de inteligencia y sentimiento, los elementos esenciales de la naturaleza; reconstruye bellamente lo que ve; tiene fuerza, gracia y buen gusto. A través de estas tres cualidades, la alusión a la realidad se convierte fácilmente en obra de arte. Un color mágico o inventado, o como quiera llamársele para expresar que no sale de la realidad sino del artista, ilumina los cuadros». Marta Traba, 1956.
«En posesión de un color muy personal y con un dibujo intachable, el pintor Manuel Hernández exhibe esta obra de verdadero valor. Toda ella revela dominio, control de medios expresivos, selección. Lo que justifica ampliamente la recompensa que se le distinguiera». Enrique Lafourcade, Santiago de Chile 1953.
«Hernández es un hombre tan definitivo en la historia del arte colombiano que nuestro arte abstracto sería otro sin él». Fausto Panesso, 1999.